Cualquier persona
inteligente se da cuenta que la estrategia de Iván Vásquez en los últimos meses
del 2013 fue hacer ver a la población que está trabajando incansablemente
construyendo colegios, reasfaltando pistas, entregando calaminas y cogiéndose la
autoría de cualquier mejora para el pueblo departe del gobierno central (caso
banda ancha por citar un ejemplo). Vásquez, quien está en el poder 7 años, no
ha hecho más que no hacer nada por Loreto. Sin embargo, el señor Vásquez se
vanagloria de sus acciones colosales a favor de la región y reta a cualquiera
de los candidatos opositores a debatir técnicamente sobre los megaproyectos. Para
él nadie es mejor que él y nadie puede ser mejor que él, ni sus
correligionarios y compañeros militantes de Fuerza Loretana, quienes le siguen fervorosamente
y hasta se inmolan para recibir los ataques por él. Vásquez Valera, quien sufrió
estoicamente para llegar a ser alcalde de Maynas y después presidente regional,
intentó ser infructuosamente vicepresidente de la República con Alberto Borea. Sin
embargo, sus ínfulas y pretensiones diametralmente opuestas a sus acciones a
favor de la población, distan mucho de lo que debería ser realmente un
gobernante regional.
Loreto, una de las
regiones más privilegiadas en cuanto a recursos naturales se refiere, pero avasalladla
por la falta de conexión terrestre a la costa y con servicios básicos caros,
ostenta uno de los últimos lugares en desarrollo social, económico y político. Esto
se debe en gran parte no solo a la situación caótica y desgastada del actual
Gorel, sino también a que los políticos opositores no han encontrado la fórmula
para generar desarrollo a partir de los ingentes recursos económicos que hoy
por hoy se manejan en Loreto y que le deben en gran parte a las compañías petroleras
que, irónicamente, contaminan sus ríos, bosques y matan a sus pobladores
originarios. Aquellos periodistas que se limitan a criticar y vociferar que el
responsable de todos los males es el señor Vásquez se equivocan, porque los
responsables son ellos mismos al no hacer nada por sacar a Loreto del atraso
comunicacional. Es cierto que la labor del periodista es informar, analizar y
opinar, pero de que sirven estas opiniones si como tales no generan corrientes
de opinión y cambios en la población. Sabido es que los periodistas cuando
quieren “joder” a alguien se ponen a criticar muchas veces sin argumentos con
tal de recibir alguna dadiva o un precio por su silencio.
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