jueves, 15 de octubre de 2009

TODOS VUELVEN (HOY NO ESTOY, MAÑANA TALVEZ)

Hola amigos lectores, hace mucho que no posteo nada por cuestiones de trabajo. Al fin he madurado y ahora si tengo ganas de trabajar (risas). La cuestión es que no me queda mucho tiempo para el ocio. Dada las circunstancias, trataré de dejar un artículo diario en mi blog ya que ahora tengo acceso a una computadora con Internet permanentemente. La “chamba” me ha absorbido bastante y me he convertido en un “zombie” de la PEA.

Pese a ello sigo con la producción literaria y tengo en proceso dos obras que espero compartir con ustedes muy pronto. Las dos son de suspenso, terror y ficción (mis géneros favoritos). Un abrazo a toda la gente que pasa por IQUITOS NEWS de vez en cuando, gracias por sus visitas.

PD: Últimamente no ha pasado nada de bueno en Iquitos, más información mañana.

TAMBIÉN VIENE !!!!

Kilómetro 23 y Conspiración son dos historias que se encuentran en proceso de producción. Es por ello que he dejado de postear con regularidad por aquí; espero que pronto puedan publicarse y llegar hasta sus manos para su lectura. Aquí les dejo un adelanto de lo que serán para el 2010.

KILÓMETRO 23

Un grupo de estudiantes decide viajar a la ciudad de Nauta a realizar un trabajo de campo para una asignatura de la Universidad. En el trayecto el auto se descompone a la altura del kilómetro 23. Con la carretera desolada y sin nadie que pueda ayudarlos, los chicos deciden buscar ayuda en un pueblo cercano a la carretera. Ya en el lugar los jóvenes descubrirán un oscuro secreto y tendrán que luchar por salir con vida.

CONSPIRACIÓN

Una noche de noviembre, mientras la gente se preparaba para recibir la navidad, en un laboratorio clandestino ubicado en un lugar remoto de la selva amazónica se desarrollaba un extraño virus. Las autoridades políticas en la ciudad habían manifestado su estado más putrefacto y despiadado, utilizando estrategias oscuras para cubrir sus nefastas acciones, todo ello confabulado con los medios de comunicación. Aquel día llovía en la selva, el ruido de las gotas cayendo sobre las hojas de los árboles y sobre los charcos era lo único que se distinguía en aquel inmenso paraje.

Yo me encontraba en el laboratorio aquella noche. Rudolf Hirsch, un alemán de marcado acento y fanático del nazismo era el científico asignado a aquel lugar. Mi labor consistía en proveer de todo lo que fuera necesario para desarrollar el virus, una plaga que debía ser esparcida en Estados Unidos. La crisis económica global había generado el quiebre masivo de las principales industrias mundiales, aunque la economía mundial mostraba síntomas – algo lentos – de recuperación, aun era prematuro sacar cuentas. La creación de virus ha sido un negocio redondo desde décadas pasadas. El cáncer, el sida, el ébola; todas ellas creadas en laboratorios con la intención de sumar más millones a las cuentas de las grandes empresas farmacológicas.

El alcalde de la ciudad, el gobernador y el presidente regional, en conjunto con algunos ministros corruptos del país y la venia del presidente, habían aceptado que el propio gobierno yanqui utilice la selva amazónica para crear un virus que mate las células humanas en forma lenta y progresiva, cuya única cura estaba siendo producida por una UNITED PHARMS, la corporación más grande a nivel mundial de producción de fármacos. El negocio era millonario, no había forma de perder. Todos iban a recibir su tajada. La lluvia era mucho más torrencial. Hirsch colocaba diferentes mezclas químicas en un tubo de ensayo y la calentaba a elevada temperatura. El laboratorio era pequeño; un ambiente para los experimentos, una sala de diversión y un comedor. Todo transcurría de forma normal, hasta que cierto día todo cambio.

Hirsch recibió la visita del secretario de estado del país del norte. Lo que hablaron aquella noche marcaría el desencadenamiento de una serie de sucesos catastróficos en la ciudad. Collin, el secretario de estado, traía un recado del presidente. La reunión fue secreta y nadie lo supo, ni siquiera el corrupto presidente que nos gobernaba aquella época (el cual era sumamente meticuloso con el proyecto). Desde ese momento Hirsch cambio de actitud, era poco usual verlo sonreír, a veces no comía y otras no dormía. Yo debía estar en constante comunicación con él para saber las carencias del laboratorio. Un día, mientras observaba el río, se me acercó y me dijo al oído: sie müssen von hier gehen; no entendí porque me hablo en alemán si dominaba algo de español, solo al final de todo descubrí que la selva donde habitábamos estaba repleta de cámaras y micros que monitoreaban nuestros pasos.

QUINCE MINUTOS DE SILENCIO POR 23 HORAS Y CUARTO CINCO MINUTOS DE BULLA

Hoy jueves se llevó a cabo la quinta jornada de sensibilización denominada: quince minutos de silencio; la cual fue acatada de forma – casi – total por la gente que circulaba alrededor de la plaza 28 de julio (lugar escogido para el acto). A las diez de la mañana se paralizó el tránsito y toda actividad en la zona mencionada, hasta el lugar llegaron el presidente de la región Iván Vásquez, el alcalde de Belén José Vela, el congresista por Loreto Jorge Foinquinos y demás representantes de la comunidad iquiteña, quienes posaron para las cámaras fotográficas y filmadoras mientras se escuchaba el canto de los pájaros en los árboles de la plaza y un silencio envidiable al de la selva en la noche.

Antes de que concluyan los quince minutos algunos conductores ya estaban intentando encender sus motores, lo que muestra una falta grave de respeto a las disposiciones de las autoridades. Si bien es cierto que este tipo de actividades ayudan a crear conciencia en las personas (y debería crear conciencia especialmente en los motocarristas y motociclistas), esto no asegura que más adelante la gente no vuelva a infringir las buenas costumbres y las normas de tránsito establecidas (con respecto al ruido). Como le dije a Foinquinos, sería bueno crear alguna ley (si es que no existe) para que se pueda aplicar en nuestra ciudad y sancionar a los conductores o a la gente que realiza ruido a pesar de lo perjudicial y de las consecuencias que puede causar en la gente.

Esta labor es competencia municipal. Existe una gran diferencia entre la tranquilidad que se percibe cuando todo paraliza y el caos y distorsión sonora que se produce cuando todo esta en funcionamiento. Iquitos es una ciudad en crecimiento y en expansión (industria, comercio, sociedad, etc) y es comprensible los niveles de ruido, pero también es necesario que la gente sea más conciente de que no vive sola y que debe tener mayor consideración por sus paisanos. Bajar el volumen del televisor, del equipo de sonido y apagar algunas máquinas de vez en cuando podría marcar la diferencia y disminuir el nivel de contaminación sonora en nuestra ciudad. Además de que los conductores utilicen silenciadores y mantengan sus motores en buen estado; amen de los centros de baile que también tienen un llamado a la conciencia.