jueves, 15 de octubre de 2009

QUINCE MINUTOS DE SILENCIO POR 23 HORAS Y CUARTO CINCO MINUTOS DE BULLA

Hoy jueves se llevó a cabo la quinta jornada de sensibilización denominada: quince minutos de silencio; la cual fue acatada de forma – casi – total por la gente que circulaba alrededor de la plaza 28 de julio (lugar escogido para el acto). A las diez de la mañana se paralizó el tránsito y toda actividad en la zona mencionada, hasta el lugar llegaron el presidente de la región Iván Vásquez, el alcalde de Belén José Vela, el congresista por Loreto Jorge Foinquinos y demás representantes de la comunidad iquiteña, quienes posaron para las cámaras fotográficas y filmadoras mientras se escuchaba el canto de los pájaros en los árboles de la plaza y un silencio envidiable al de la selva en la noche.

Antes de que concluyan los quince minutos algunos conductores ya estaban intentando encender sus motores, lo que muestra una falta grave de respeto a las disposiciones de las autoridades. Si bien es cierto que este tipo de actividades ayudan a crear conciencia en las personas (y debería crear conciencia especialmente en los motocarristas y motociclistas), esto no asegura que más adelante la gente no vuelva a infringir las buenas costumbres y las normas de tránsito establecidas (con respecto al ruido). Como le dije a Foinquinos, sería bueno crear alguna ley (si es que no existe) para que se pueda aplicar en nuestra ciudad y sancionar a los conductores o a la gente que realiza ruido a pesar de lo perjudicial y de las consecuencias que puede causar en la gente.

Esta labor es competencia municipal. Existe una gran diferencia entre la tranquilidad que se percibe cuando todo paraliza y el caos y distorsión sonora que se produce cuando todo esta en funcionamiento. Iquitos es una ciudad en crecimiento y en expansión (industria, comercio, sociedad, etc) y es comprensible los niveles de ruido, pero también es necesario que la gente sea más conciente de que no vive sola y que debe tener mayor consideración por sus paisanos. Bajar el volumen del televisor, del equipo de sonido y apagar algunas máquinas de vez en cuando podría marcar la diferencia y disminuir el nivel de contaminación sonora en nuestra ciudad. Además de que los conductores utilicen silenciadores y mantengan sus motores en buen estado; amen de los centros de baile que también tienen un llamado a la conciencia.

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