Al – ya – caótico problema del parque automotor, la estrechez de las calles y la imprudencia de los conductores, ahora se suma otro inconveniente a la hora de transitar por las calles de la ciudad, los semáforos.
Hasta en dos oportunidades no he podido distinguir la intensidad de la luz de los semáforos frente a la intensidad luminosa del sol. Es tal la potencia de los rayos solares (algunos de los cuales inciden directamente sobre las luces del semáforo) que no permite ver en que color de luz esta el semáforo. Hay que agregarle a ello el hecho de que el fierro que soporta la estructura de las luces esta pintado de color amarillo, lo cual dificulta aun más distinguir las luces.
Obviamente que algunos de los semáforos no funcionan y ocasionan un conflicto de conciencia al honesto conductor loretano, quien no sabe si continuar su camino arriesgándose a colisionar con algún imprudente o frenar y esperar a que algún policía de tránsito se digne a regular el flujo de vehículos. Algo más, hay semáforos con luces que solo se pueden distinguir de noche (y muy oscura por cierto) por la luz tenue que producen.
En otros países el color del fierro que sostiene la estructura de los semáforos es de color negro para facilitar una mejor visión del conductor. El año pasado la MPM cambio algunos semáforos que ya estaban en condiciones precarias por unos que (según los técnicos) tienen un largo tiempo de duración (me refiero a la luces). De todos modos seria oportuno que los encargados de tránsito de la MPM se den una vuelta por la ciudad para que verifiquen el perfecto funcionamiento de los semáforos y prevengan posibles accidentes.
Sobre todo de aquellos ubicados en la Av. Abelardo Quiñones y la Av. Participación por donde diariamente transitan miles de personas que tienen la dificultad de visión con las luces del semáforo por la intensidad del sol.
Pasando a otro tema, el local donde hasta hace poco funcionaba el Banco de Reserva de la Nación (calle Sargento Lores cuadra dos) esta siendo modificado y refaccionado para convertirse en una tienda de venta de motos. Me parece que el lugar fue arrendado al BRN por un periodo de tiempo determinado que ya culminó. Lo que no se informa es donde va a funcionar o donde va a quedar la nueva sede del BRN, al cual acuden diariamente cientos de personas para realizar trámites.
Para terminar, el 24 de octubre se cumplieron once años de la sublevación del pueblo iquiteño contra el oscuro gobierno de Fujimori. El Tratado de Libre Comercio y Navegación que era examinado por el congreso y otorgaba excesivas ventajas al país norteño, Ecuador, fue la última gota que derramó el vaso. Lo lamentable fue que algunas personas se aprovecharon de la convulsión social de ese instante para robar, saquear y hacer de las suyas. Lo más memorable fue la quema de algunas oficinas del Palacio de Justicia y documentos de los juicios que se llevaban en ese momento, la muerte de una niña de seis años que iba en brazos de su madre ante la huida de la camioneta en la que se escapaba Tomás Gonzales Reátegui (colaborador del “chino” y presidente del CTAR Loreto en ese entonces).
Hasta en dos oportunidades no he podido distinguir la intensidad de la luz de los semáforos frente a la intensidad luminosa del sol. Es tal la potencia de los rayos solares (algunos de los cuales inciden directamente sobre las luces del semáforo) que no permite ver en que color de luz esta el semáforo. Hay que agregarle a ello el hecho de que el fierro que soporta la estructura de las luces esta pintado de color amarillo, lo cual dificulta aun más distinguir las luces.
Obviamente que algunos de los semáforos no funcionan y ocasionan un conflicto de conciencia al honesto conductor loretano, quien no sabe si continuar su camino arriesgándose a colisionar con algún imprudente o frenar y esperar a que algún policía de tránsito se digne a regular el flujo de vehículos. Algo más, hay semáforos con luces que solo se pueden distinguir de noche (y muy oscura por cierto) por la luz tenue que producen.
En otros países el color del fierro que sostiene la estructura de los semáforos es de color negro para facilitar una mejor visión del conductor. El año pasado la MPM cambio algunos semáforos que ya estaban en condiciones precarias por unos que (según los técnicos) tienen un largo tiempo de duración (me refiero a la luces). De todos modos seria oportuno que los encargados de tránsito de la MPM se den una vuelta por la ciudad para que verifiquen el perfecto funcionamiento de los semáforos y prevengan posibles accidentes.
Sobre todo de aquellos ubicados en la Av. Abelardo Quiñones y la Av. Participación por donde diariamente transitan miles de personas que tienen la dificultad de visión con las luces del semáforo por la intensidad del sol.
Pasando a otro tema, el local donde hasta hace poco funcionaba el Banco de Reserva de la Nación (calle Sargento Lores cuadra dos) esta siendo modificado y refaccionado para convertirse en una tienda de venta de motos. Me parece que el lugar fue arrendado al BRN por un periodo de tiempo determinado que ya culminó. Lo que no se informa es donde va a funcionar o donde va a quedar la nueva sede del BRN, al cual acuden diariamente cientos de personas para realizar trámites.
Para terminar, el 24 de octubre se cumplieron once años de la sublevación del pueblo iquiteño contra el oscuro gobierno de Fujimori. El Tratado de Libre Comercio y Navegación que era examinado por el congreso y otorgaba excesivas ventajas al país norteño, Ecuador, fue la última gota que derramó el vaso. Lo lamentable fue que algunas personas se aprovecharon de la convulsión social de ese instante para robar, saquear y hacer de las suyas. Lo más memorable fue la quema de algunas oficinas del Palacio de Justicia y documentos de los juicios que se llevaban en ese momento, la muerte de una niña de seis años que iba en brazos de su madre ante la huida de la camioneta en la que se escapaba Tomás Gonzales Reátegui (colaborador del “chino” y presidente del CTAR Loreto en ese entonces).
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