¿Falta de ética? Javier Diez
Canseco es para mí uno de los últimos políticos peruanos que defiende sus ideas
con convicción y determinación. Aunque no comparto su línea política, me parece
que Diez Canseco durante su vida política ha tratado de hacer las cosas bien,
con errores y fallas, pero transparentemente. Combatió a la dictadura fujimontesinista
y es uno de los últimos socialistas de cuna, aquellos que realmente saben de lo
que hablan. Hace algunos días, la bancada nacionalista en complicidad con la
bancada fujimorista votaron a favor de la suspensión por 90 días de JDC, ¿la razón?,
falta de ética.
La Ley que fue firmada en
los años 2007 y 2009 por JDC, Marisol Espinoza, Daniel Abugattás, entre otros, según
algunos, trató de favorecer en su momento a la familia del suspendido
parlamentario, ya que su concepción era restituir los derechos socialitarios y políticos
de los poseedores de casi 3 mil millones de acciones de inversión que circulan
en la bolsa de valores en manos de las AFP. Para nadie es un secreto que las
AFP están blindadas por el gobierno, ya que hacen con los fondos pensionables
lo que mejor les parece y a la jubilación de los trabajadores peruanos entregan
irrisorias sumas de dinero de forma mensual.
Pero más allá de eso, la suspensión
preocupa porque como dice Álvarez Rodrich, no tiene pies ni cabeza. JDC ha sido
enfático en afirmar que la suspensión estuvo digitada desde palacio de gobierno
por Nadine Heredia, sin argumentos ni pruebas contundentes, claro está. Durante
el debate en el hemiciclo, la bancada nacionalista parecía haber quedado
satisfecha con el descargo de Diez Canseco, pero la llegada de la
vicepresidenta de la nación, Marisol Espinoza y de la ministra de la Mujer, Ana
Jara, cambiaron el panorama e inexplicablemente 21 nacionalistas votaron a
favor de la suspensión y solo 11 votaron en contra. ¿Presión u órdenes
directas? solo los nacionalistas lo saben.
Las críticas por esta decisión
no se han hecho esperar y una creciente corriente de opinión está en contra de
la inentendible suspensión, ya que los argumentos de los detractores de JDC son
nulos y poco claros. Hay quienes afirman que la bancada nacionalista se coludió
con la bancada fujimorista para sumar fuerzas, ¿pero con qué fin? Todo lo
contrario fue la posición de partidos como Perú Posible y Solidaridad Nacional,
quienes mostraron su disconformidad con la medida que ganó por 24 votos.
Marisol Espinoza, una de las que firmó la Ley en su momento, votó a favor de la
suspensión, ¿falta de ética? ella debería responder esa pregunta.
Otárola, que es el vocero y
escudero del partido de gobierno, negó que Heredia este detrás del asunto, ya
que según el congresista ella está abocada a sus funciones y en este tema no
hubo ningún tipo de presión ni de acuerdo. Es gracioso, pero Otárola me hace
recordar el pequeño Augusto Vargas, ex congresista por Loreto que se convirtió
en el defensor y escudero de Alan García cuando este ejercía funciones como
presidente. No pasan de ser marionetas de los intereses de una cúpula de paso. Lo
que sabe es que varios congresistas del nacionalismo hubieran preferido votar
por el NO, pero lo hicieron por presiones políticas.
Otro tema que debe preocupar
es la participación del congresista loretano Víctor Isla, quien muestra un
perfil de lacayo, poco claro a las expectativas del pueblo loretano y bastante ágil
cuando se trata de los intereses de gobierno. Isla fue elegido por las filas
nacionalistas y desde su designación como presidente del Congreso no ha dejado
de lanzar loas al gobierno de Humala. Particularmente creo que está bien
pertenecer o simpatizar con las ideas de un partido político, pero cuando uno antepone
sus principios y su moral por los intereses partidarios, la coherencia y la
honestidad se ponen en tela de juicio. Como epitafio a este escrito, tengo que
decir que JDC renunció a la bancada nacionalista cuando se dio cuenta que el
plan de trabajo de Ollanta Humala era seguir por el camino del ex gobierno
aprista y del más lejano gobierno de Toledo.
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