Desde que
tengo uso de razón, Iquitos siempre ha sido una ciudad desconectada del Perú. Desconectada
por obvias razones: falta de conexión terrestre a la costa. Este factor ha
impedido que Loreto se aúne a la cada vez más emergente y pujante realidad de
regiones como Arequipa, Trujillo, Chiclayo, La Libertad, Piura, Ucayali, Madre
de Dios, Tacna, Cusco, Ancash, entre otras. En una de las últimas encuestas que
leí en el diario La República sobre las 10 ciudades TOP del país, ninguna era
de la selva (la mayoría eran de la costa y dos o tres de la sierra). Este es un
claro indicador de que las cosas no se están haciendo bien en esta parte del país
y que la inclusión social y sobre todo económica sigue siendo una utopía del
gobierno nacional. Y que la concepción del país, como tal, siempre ha estado
solo en la costa, y quizá kilómetros más allá en la sierra. El último lugar
donde miran los gobernantes de turno es la selva. Pero en campaña todo lugar es
importante y más si los indicadores de pobreza y exclusión son altos.
Loreto,
desde su creación como zona territorial del Perú, ha tenido que sortear una
serie de obstáculos para lograr crear y generar un mercado local. La actividad económica
está íntimamente ligada al mercado y al consumo. Consumo que depende de los
sueldos de los trabajadores del Estado y de las instituciones privadas. Sin embargo,
no existe una industria local y menos galopante que ayude a generar más puestos
de trabajo y que mejore la calidad de vida de los habitantes (sin mencionar que
los costos de los productos que generarían dichas industrias se abaratarían en contraposición
a los que vienen de otras partes del país y del extranjero). No obstante,
Loreto tendría que tener energía eléctrica barata, estable y fluida. Algo que
en la actualidad sigue siendo un problema, ya que la energía que produce
Electro Oriente es a base de máquinas pesadas con residuales del petróleo
(encareciendo el servicio y la vida de los habitantes).
Otro obstáculo ha sido la
falta de una visión política y social a largo plazo. Un plan de desarrollo
concertado con todas las fuerzas políticas y organizaciones sociales que se
respete en el tiempo. Algo que a los países del primer mundo les ha ayudado a
sobresalir y a crecer no solo económicamente, sino también en educación, salud
y puestos de trabajo. Además de inversión extranjera por la estabilidad política
y tributaria. Los gobiernos locales ostentan indicadores de corrupción altísimos
al igual que el Poder Judicial y el Ministerio Público. Si bien es cierto
existen órganos de control al interior de estos gobiernos, muchos de ellos no
cumplen un trabajo consciente y transparente y son fácilmente manipulados por
los gobernantes de turno. La Contraloría General que debería hacer un trabajo
de investigación con los indicios de corrupción que encuentran (y muchas veces
les proporcionan) en los gobiernos locales dilata estos procesos y los
resultados muchas veces salen después de que termino dicha gestión.
Ya que hablamos de energía eléctrica
cara, falta de industria, gobiernos locales corruptos, ausencia de vías de comunicación
con la costa e inexistencia de un plan de desarrollo político, económico y
social, es necesario mencionar el deficiente servicio de la telefonía fija y móvil
urbana, rural y el Internet. Loreto no cuenta con banda ancha. Hace algunos
meses atrás, el congresista Víctor Grández mencionó que hasta el año 2017
Loreto contará con energía eléctrica barata y con banda ancha, ya que la conexión
al sistema interconectado nacional será una realidad. Con la interconexión también
vendrá la fibra óptica, lo cual acelerará la velocidad de internet en esta
parte del país. No obstante, Perú sigue siendo de los últimos en la región en
velocidad de transmisión de datos (para que se hagan una idea de cómo está la
cosa). Proyectos para abaratar los costos en la producción de energía eléctrica
hay dos: la hidroeléctrica de Mazán (que para algunos es inviable y no mejorará
en mucho la realidad energética de Loreto) y la interconexión al sistema eléctrico
nacional.
La segunda parece algo más lógico
y económicamente viable, ya que construir en la selva (y en especial en Loreto)
es un dolor de cabeza no solo para los ingenieros, sino para los obreros y para
los financistas, ya que la falta de tecnología y maquinaria adecuada dificultan
terminar las obras en los plazos establecidos. Además del precio del cemento
que es dos o tres veces más de lo que cuesta en la costa, al igual que los
fierros, tubos y demás materiales de construcción (alquiler de maquinaria
pesada, jornal de los obreros, etc). La creciente de los ríos es otro de los obstáculos
que se presenta cada inicio de año, ya que la presión hídrica obliga a miles de
familias que viven en las zonas inundables a pedir apoyo y refugio a las
autoridades. Lo correcto hubiera sido prohibir la construcción de viviendas en
zonas inundables y la colocación de hitos en las zonas inundables para prevenir
a los invasores. El Ministerio de Vivienda y otras instituciones
gubernamentales han habilitado un terreno de varias hectáreas en la carretera
Iquitos – Nauta para las familias que viven en zonas inundables, sin embargo la
irresponsabilidad y la falta de educación y cultura de algunos moradores (que
no respetan el principio de autoridad) hace que, principalmente, los niños,
ancianos y madres gestantes sean los más perjudicados.
Junto a la
creciente de los ríos viene el fríaje y el hambre. Muchas de las familias viven
en precarias condiciones con apenas 10 soles en la canasta del día. Con ello
tienen que alimentar a más de 3 hijos, abuelos, tíos y hasta sobrinos. Y es que
otro de los problemas es la falta de planificación familiar, en especial en las
zonas rurales, donde los padres pueden llegar a tener hasta 6 o 7 hijos. Muchos
de ellos sin estudios primarios y sin aspiraciones personales de superación. La
única salida que tienen es la siembra o el uso de las tierras en la chacra. Y en
el peor de los casos: prostitución, drogadicción y delincuencia. La migración del
campo a la ciudad no es significativa, ya que en la zona urbana las
posibilidades son poquísimas. La ausencia de una industria local obliga a que
los negocios contraten personal poco o nada calificado, siendo una barrera para
los profesionales egresados de las 3 o 4 universidades que existen en Loreto. Es
decir, existe déficit laboral. Es por ello que muchos de los jóvenes después de
terminar la secundaria optan por estudia en la capital y aspirar a mejoras
condiciones de vida.
Las profesiones más
requeridas en Loreto son: administración, economía, medicina, enfermería, ingeniería
civil, derecho, odontología y educación, aunque esta última no se dé en su
magnitud total, ya que el magro presupuesto que destina el Ministerio de
Educación para Loreto no cubre ni el 75% del total de los niños en edad escolar
que deberían asistir a las aulas y tener textos actualizados, desayunos y
almuerzos. Además de infraestructura moderna (o al menos acorde) a las nuevas
tendencias pedagógicas. Y la cosa se agrava en la zona rural, donde existen
altos índices de deserción escolar, embarazos adolescentes, falta de mobiliario
escolar y de docentes y una notable ausencia del Estado. El Estrecho está
ubicado en el río Putumayo, muy cerca a la frontera con Colombia, en ese lugar
algunos profesores no llegan a dictar clases, y los pocos que llegan, no están en
condiciones aceptables para la enseñanza. La ausencia del gobierno aquí es
mucho más evidente que en la sierra, ya que los niños prefieren cruzar el río y
educarse en colegios de Colombia y Brasil donde el gobierno nacional si les
brinda todo el apoyo necesario para su educación. Muchos de ellos, con el
tiempo, se quedan y se nacionalizan en esos países.
Aquí entra
a tallar otro problema: la falta de presencia del Estado en las fronteras. Y aquí
el problema empeora, ya que si los productos de primera necesidad, alimentos,
materiales de construcción, bebidas y demás elementos para la subsistencia están
caros en la capital de Loreto (Iquitos), en las zonas de frontera pueden llegar
a costar hasta el triple, lo cual genera niveles de pobreza y extrema pobreza
insospechados para el gobierno de Ollanta Humala. La presencia de las compañías
petroleras que explotan y extraen el crudo del subsuelo loretano es masiva y
sin embargo la inexistencia de mejores condiciones de vida para los habitantes
de su entorno es condenable. El gobierno jamás ha negociado la construcción de
colegios, hospitales o centros de comercio en las zonas donde se explotan los
hidrocarburos, y pese a las millonarias ganancias que les deja a las compañías este
recurso, el impuesto a la renta se paga en Lima y a Loreto solo llega un
irreverente 15%. La contaminación por plomo, cadmio y mercurio en la sangre de
los habitantes de las comunidades indígenas va en aumento y nadie hace nada por
frenar este problema, ni el gobierno central ni las autoridades locales.
En esta primera parte he
tratado de resumir los múltiples problemas que existen en Loreto. Loreto consta
de 7 provincias y más de 50 distritos. Su población es de más de 650 mil
habitantes y su aporte al PBI es del 3 o 5%. Hay varios proyectos de los
candidatos de turno, pero ninguno de ellos es digno de destacar, ya que no
existe un verdadero interés por solucionar los problemas de esta región. En la
segunda parte seguiré ahondando en los problemas y propondremos alternativas de
solución viables con ayuda de las organizaciones sociales, gobierno central y
apoyo internacional. Considero que Loreto se merece más que bosques envidiables,
flora y fauna variada, ríos, quebradas y cielos azules, una verdadera identidad
nacional y un proyecto real de desarrollo. Poder administrar la totalidad de
sus recursos y tener una legislación propia son algunas de las salidas que abarcaremos
en una próxima entrega. Hasta pronto.
1 comentario:
Excelente. Muy interesante de inicio a fin
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