A mi lado un señor me preguntaba la hora de inicio del partido. La cancha parecía una alfombra verde con rayas blancas barnizada con un color amarillo tenue. Unos muñecos y personajes extraños paseaban con una banderola de lucha contra el dengue (la enfermedad de moda). A la 1:45 de la tarde el equipo de Deportivo Supe (Pueblo) salía al campo a hacer los últimos calentamientos físicos. Las pifias de la gente no se hicieron esperar. Los silbidos ensordecedores de todas las tribunas hicieron que el equipo visitante se retire antes de lo previsto de su estiramiento final. Supe es un equipo de un pueblo al norte de Lima. El partido de ida se jugo en un estadio de ese pueblo (parecido al viejo Max Agustín) con una cancha en pésimo estado y con un público hostigador en todo momento. El resultado fue un empate (1-1) que le daba cierta ventaja y tranquilidad a CNI en su partido de vuelta (en Iquitos).
La primera escuadra en pisar el terreno de juego fue CNI. La gente aplaudía a rabiar a los once titulares enviados por Machuca (DT de CNI). Tras un saludo austero a la gente en las tribunas empezaron los toques con balón antes de la salida del equipo rival. Minutos después, el equipo de Deportivo Supe pisaba el campo del remozado estadio local. Las pifias se escucharon en el aire como el bullicio de una hecatombe. El modesto equipo visitante lucia un polo rosado, short negro y medias negras (guarda una similitud con el equipo del primer puerto, Sport Boys). Los once muchachos del cuadro rosado lucían serenos, tranquilos y confiados, parecían estar mentalizados en sacar un buen resultado y jugar de igual a igual con el equipo local. El árbitro dejaba escuchar su silbato ante los 17 mil almas (aproximadamente) dando por iniciado el encuentro. El primer tiempo – honestamente - fue para el equipo de Supe. Un equipo que salió al campo con las ideas claras y con la seguridad de ganar el partido.
Los ataques de CNI no representaban peligro para el arco de Emerson Sifuentes durante el primer tiempo. El arquero de Supe jugó un partido aparte con el público. Hizo de todo por tratar de retrasar el partido; alargues innecesarios para recoger el balón en el área chica, provocaciones infantiles a los delanteros del equipo albo, simulación de lesiones después de los ataques de CNI, es decir, todo un artista el guardameta del equipo rosado. A minutos de iniciado el encuentro se retiró – lesionado - de la cancha el capitán de CNI, Roberto Valenzuela, quien al parecer piso mal y se torció el tobillo. Valenzuela fue trasladado rápidamente a una clínica cercana, en su reemplazado ingreso el experimentado y veterano jugador Augusto Yep. Tras mejores toques del equipo rosado y con un CNI algo replegado ofensivamente y con imprecisiones, el primer tiempo llegaba a su fin. La gente algo molesta trataba de calmar sus ánimos bebiendo algún liquido (de color o transparente). Otros llenaban el estómago con lo que ofrecía el quiosco del estadio (sanguches de pollo y arroz chaufa).
Los que permanecían en sus butacas preferían el maní o los chupetes de aguaje. Los pequeños y grandes disfrutaban del espectáculo que la mascota de la Caja Maynas mostraba (es un muñeco de niño shipibo algo loco). Después de todo este escenario multicolor, el árbitro y sus líneas volvían al gramado artificial para iniciar el segundo tiempo. Minutos después los equipos salían al campo buscando su clasificación a la siguiente etapa. Deportivo Supe salió mucho más agresivo (pese a que terminó agotado por el sol el primer tiempo). CNI por su parte movía mejor la bola y trataba de encarar el arco de Sifuentes. Cabe mencionar que los jugadores de Supe, en el primer y segundo tiempo, hicieron de todo para atrasar las jugadas y los ataques del cuadro colegial. Se botaban al suelo fingiendo lesiones, otros reclamaban falta de seguridad por las botellas que botaban al campo, y bueno, el arquero que hacia su show cuando tenía el balón en su poder. Supe, jugando de ese modo ante un CNI impávido y sin ganas, anotó el primer tanto a los 20 minutos de la etapa complementaria. El gol fue de cabeza tras un saque de esquina.
Los hinchas mostraban su disconformidad y su malestar por el accionar del equipo albo. En el estadio estaba toda la directiva de CNI, los incondicionales hinchas, los nuevos hinchas (los niños), los hinchas del ayer (los viejitos), los simpatizantes, los que se hacen hincha en esta etapa de la Copa Perú y los que son de esta ciudad y también aman el buen futbol. Cuando las redes de CNI se llenaron con el grito de gol de los jugadores de Supe, recién el equipo local alzo la mirada y empezó a buscar el arco contrario con mayor certeza. Restaban 20 minutos para la culminación del encuentro y hasta ese momento CNI era eliminado por Deportivo Supe en su propia cancha. Después de una serie de provocaciones y actuaciones de los jugadores de Supe, el árbitro decidió mostrar la segunda tarjeta amarilla para la expulsión de un jugador del cuadro visitante, el mismo que se demoró 5 minutos en salir del campo tras las quejas, insultos y reclamos de los asistentes. Ya fuera del campo el jugador rosado no quería retirarse al camerino, motivo por el cual la policía tuvo que intervenir para que se cumplan los dictámenes de este deporte.
Tras el ingreso de Sanguinetti en la defensa y Nicolás Celis en la delantera, el cuadro colegial mejoro su ofensiva. Es así que a los 35 minutos del encuentro CNI logra el empate tras un centro por derecha de Yep. La gente eufórica salto de su asiento para gritar esas cuatro letras que forman una palabra que aman multitudes en el mundo. El grito de ¡gol! ya no se podía apagar en el estadio. Tras este resultado ambos equipos empataban en el match teniendo que jugar tiempo extra (15x15) para que uno se clasifique. Finalizado los 90 minutos todos pensaban que se cumpliría el reglamento de la FPF (Federación Peruana de Fútbol), la cual estipula que se debe jugar tiempo adicional, pero, no sé con criterios y argumentos, el árbitro decidió ir directamente a penales, causando incertidumbre y nerviosismo en los asistentes quienes se mordían las uñas ante tal medida. Al ras del campo de juego el DT de CNI, Machuca, declaraba a Juan Carlos Martín de Radio Loreto, que era incomprensible la decisión del réferi pero que también se tenia que sacar un buen resultado por al gran apoyo de la población.
Todo quedaba listo para la tanda de penales. El arco elegido fue el que da a tribuna norte. Los especialistas por CNI eran Celis, Sanguinetti, Yep, y no recuerdo el nombre de los otros dos. Empezó pateando el equipo de la visita que anotó el primer gol, acto seguido, el jugador de CNI también concreto para el alivio del público. Al segundo turno del cuadro rosado también se concreta el tiro, el silencio se respiraba en el estadio. El segundo tiro de CNI (muy bien ejecutado) también lleno las redes del arco norte. Para el tercer tiro, y como una visión de lo que podría significar, la gente empezó a pifiar al jugador de Supe, quien envío el esférico al parante izquierdo del arquero de CNI. Los gritos de la gente volvieron a retumbar en el aire, pero había que mantener la calma y la serenidad, CNI aun no estaba clasificado. El tercer tiro de CNI encajo – también - en el arco rival (ante los nervios de la gente). El cuarto de Supe también entro (y la gente se mordía más las uñas).
El próximo en patear era un jugador de CNI y la gente rezaba y cruzaba los dedos para que no falle. Ahí va el cuarto tiro de CNI y saz, también anota. Para el quinto tiro de Supe la gente parecía estar conjurando algún maleficio en contra del jugador rosado y dándole buenas vibras al portero del equipo albo; el jugador de Supe toma distancia, se perfila y dispara el remate al lado derecho del arquero albo, la trayectoria del balón se corta estrepitosamente ante el desvío con los brazos cruzados del cancerbero colegial y los gritos desenfrenados de la gente. El estadio era una fiesta, era una sola barra, era una fábrica de risas y de esperanzas, la gente gritaba ¡si se puede! Y vaya, tras dos parantes que ahogaron el grito de gol en el primer y segundo respectivamente, se entendía el temor de la gente y mucho más la alegría. Era el turno para CNI y la gente - esta vez sí - rezaba a todos los santos para que esa pelota entre sin interrupciones. El jugador con la casaquilla blanca y el logo de una cervecera local se aprestaba a disparar, colocaba el balón en la zona blanca de tiro, miraba al cielo como diciendo ¡hazte una! Miraba al arquero contrario y a toda la gente que se había dado cita para alentar.
Es imposible saber - a no ser que le pregunte - que fue lo que pensó, sintió o meditó en esos segundos previos al tiro. Mientras el árbitro tomaba su distancia e inhalaba aire para soplar ese juguete negro que define campeonatos, la gente en la tribuna mojaba sus gargantas con saliva para quedar afónicos gritando el gol vencedor del equipo iquiteño. Los jugadores de CNI en medio del campo se abrazaban y observaban a su compañero, sabían que en sus chimpunes estaba la clasificación no sólo del equipo, sino de todo un pueblo. El árbitro después de juntar aire suficiente para el último silbido, y ante la efervescencia de la gente, soplo ese aparatito negro dando la orden de ejecución. El jugador albo con pasos acelerados se acercaba al esférico mirando fijamente al arquero en los ojos. El golpe del calzado deportivo con la textura de la pelota se dejo sentir a metros de distancia, el balón iba rumbo a un mar de gritos y aplausos, parecía que el tiempo transcurría lento. El arquero no tuvo más tiempo a pesar que se pasó todo el partido haciendo hora, la pelota ya había superado la línea que separa la verdad de la ficción. Las redes del arco defendido por Sifuentes se llenaron de un balón cargado de esperanzas, ánimos, aliento, sudor, lagrimas y apoyo incondicional. Un apoyo que llegó cuando más lo necesitaba el equipo colegial.
El gol certificaba la clasificación de CNI a la próxima etapa de la Copa Perú (estamos en las nacionales). Todo el cuerpo técnico de CNI se unió en un abrazo con los jugadores tras el último disparo de penal. El fondo era una alfombra verde donde ambos equipos dieron lo mejor de sí. Supe fue un digno rival, jugo muy bien con la pelota y demostró porque llego hasta esta instancia. Los dirigentes muy humildes, dijeron que esta es la mejor forma de demostrar que un equipo pobre también puede llegar lejos. Tras el resultado y con los ánimos de la gente ya calmados, los aplausos para el cuadro rosado se escucharon en todas las tribunas. Deportivo Supe se fue con la frente en alto del Max Agustín, vino como llegó, sin mucha propaganda ni bulla. CNI se quedó a festejar con sus hinchas, con su gente y con su pueblo el resultado. Este capítulo ya se terminó con un final feliz. Ahora se debe escribir otra página de triunfo el próximo domingo cuando CNI enfrente al cuadro Cable Visión de Vitarte, quien viene de clasificar ante el equipo de Tecnologico Pucallpa (partido jugado en Lima). El partido de ida se jugara en el Max Agustín y el de vuelta en Lima. Todos están invitados a presenciar este cotejo la siguiente semana, definitivamente, no es lo mismo ver un partido “in situ”, que verlo por televisión o escucharlo por radio. Nos vemos en el estadio, y haber si me ayudan a escribir el siguiente post sobre el tema, hasta pronto hinchas.
1 comentario:
graias a iquitos por su hospitalidad y si nos retiramos on la frent en alto la suert no nos aompaño pero se demostro q con oraje y orazon se logran grandes oas somos un equipo d barrio sin sede instituional pero siempre haemos lo emjor posible para darnos integros y q la gent d nuestro pueblo se sienta feliz ARRIBA UNION CARAJO EL VENTARRON SUPANO SEGUIRA ASI SIEMPRE supe en el orazon somos es sport union supe .
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