Por fin se formalizó el pedido de indulto a favor de Alberto Fujimori, ex presidente de la nación, procesado por más de 30 delitos (entre ellos sonados casos de corrupción y crímenes de lesa humanidad en La Cantuta y Barrios Altos), deudor de 25 millones de dólares por reparación civil y gran amigo de Vladimiro Montesinos (aunque hoy ambos lo nieguen a los 4 vientos). Los hijos de Fujimori, Keiko, Kenyi, Hiro y Sachi presentaron el documento ante la comisión de indulto y gracias presidenciales del Ministerio de Justicia; minutos después llegaron a palacio de gobierno para dejarle una copia del documento al mismísimo Ollanta Humala, quien será el encargado de firmar (estampar su rúbrica) en el papel que otorgue el indulto al ex mandatario nacional.
La comisión que verá si los documentos presentados (15 páginas más anexos, informes médicos del INEN y copias de las cuatro condenas impuestas al “chino”) para el indulto cumplen con los requisitos legales y médicos está conformado por el abogado Oscar Ayzanoa Vigil, Roger Rodríguez Santander, Carmen Ortega Paredes, Víctor Arroyo Cuyubamba y María Vargas Valcárcel, cuya minuciosidad en la revisión de papeles determinará y tendrá injerencia en la decisión de Humala. La razón principal para la gracia presidencial es humanitaria, ya que, según los hijos y allegados a Fujimori, este presenta una displacía en la lengua que necesita constante atención y supervisión médica. Otros, un poco más reservados, dicen que el hombre de lentes ovalados ya cumplió gran parte de su deuda y debe irse a descansar a su casa (caso Carlos Bruce).
El primer obstáculo que tendrá que superar la solicitud hace referencia a la prohibición que establece el artículo 5 del D.S Nº 008-2010-JUS, creado por la comisión de indulto y gracias presidencias y que dice: “la comisión no dará tramite a las solicitudes de los condenados por delitos a los que la ley expresa se ha excluido de la gracia del indulto, derecho de gracia y conmutación de penas”. Fujimori está condenado por crímenes de lesa humanidad y secuestro, por lo que por Ley se ha prohibido el indulto; aunque, por tratarse de un “indulto humanitario”, no vale esta prohibición (según algunos juristas). Se sabe que la enfermedad de Fujimori no es terminal, ya que existen diversos casos como enfermedad terminal no grave en etapa avanzada, progresiva, degenerativa o incurable.
Adicional a esto, la comisión podrá solicitar informes al INPE para reforzar la documentación primaria. Al culminar la revisión de la documentación, la comisión elaborará un expediente y un informe que, vía el ministro de Justicia, será alcanzado al presidente Ollanta Humala. No obstante, el informe de la comisión puede ser un condicionante para la decisión, más no un factor determinante. “Aunque no todo queda a su libre albedrio”, como bien lo cita el diario La República, ya que la decisión que adopte Humala deberá estar debidamente fundamentada (ya sea medica, humanitaria o legalmente). Además el plazo establecido para un pronunciamiento oficial no existe ni está determinado en ningún documento, dependerá, únicamente, de la voluntad del presidente.
Como epitafio a este escrito, puedo agregar que Alberto Fujimori, recluido en la DINOES, vive en una cárcel dorada con todos los privilegios que ofrece el Estado a un ex presidente (recibe visitas, planta su propio jardín, come lo que quiere, tiene atención medica personalizada y hasta da clases de política). Particularmente no creo que Humala se arriesgue a dar el indulto a Fujimori a poco más de un año de gobierno; pues usualmente se suele hacer al final de un gobierno, pero más allá de eso, está el peligro político. Muchos consideran a este pedido como una maniobra política, mientras que otros como un justo derecho de un ex presidente nacional. No sería desatinado pensar que de aquí a un par de años, y tras la gracia presidencial, se vea a un Fujimori de irreconocible vitalidad pugnando la presidencia del país; aunque, valgan verdades, estaría en su justo derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario