Las invasiones son algo común en nuestra ciudad, y no es que la gente viva en la ignorancia absoluta respecto al conocimiento de que una propiedad privada no puede ser ultrajada sin el consentimiento de su dueño, no señor, es simple y llanamente que existe gente “viva” que busca lucrar con cuanta tierra abandonada encuentra a su paso. El extenso terreno invadido en plena Av, Abelardo Quiñones por más de un centenar de personas hace una semana, le pertenece a Leónidas Lo (para mayor referencia, el lugar se ubica al lado del glorioso CNI y al frente de la facultad de Odontología de la UNAP), pero, ¿cuál es el problema? la gente no quiere salir del lugar porque el hermano de Leónidas, el señor Marcelo, no les muestra el documento que certifique que verdaderamente, su hermano, es el dueño legal del terreno. Un invasor que habló conmigo la tarde de ayer, me dijo que lo único que piden es que les muestren el documento que acredite que Leónidas es el propietario de ese terreno y ellos en el acto se retiran, alegando que Leónidas está prófugo de la justicia, por lo que estos terrenos abandonados hace mucho tiempo deben ser utilizados de mejor forma, en este caso, la mejor forma es lotizarlos y venderlos al mejor postor.
Marcelo Lo habló conmigo y me dijo que el terreno invadido va a ser utilizado para un proyecto de viviendas entre la empresa constructora que él y sus hermanos tienen y el programa estatal Mi vivienda, haciendo hincapié en que más de cinco veces han sido desalojados los invasores del terreno en presencia del fiscal de turno y con la ayuda de la policía, pero estos vuelven a ingresar luego de que la fuerza policial se retira. Ayer en la tarde estuve en el lugar y pude ver como el teniente Pablo Oyola en compañía de una treintena de agentes de la DUES incautaron más de 50 bombas molotov listas para ser usadas contra ellos. El hallazgo se dio en las casas abandonadas que existen al costado del CNI. Los invasores fueron nuevamente desalojados y todo se dio en un clima de tensión moderada. La esposa de Marcelo me dijo que entre los invasores hay gente de Fuerza Loretana, VALOR, ex presidiarios y hasta policías, mientras que Marcelo está seguro de que todo esto obedece a un plan de las agrupaciones políticas mencionadas para juntar dinero en tiempos de campaña a costas de la gente que diariamente paga 1 sol por un lote de terreno que, secreta e ilegalmente, se negocia como si fuera propiedad de los que están al frente de esta invasión. Lo cierto, y lo que dicta la ley, es que este terreno es privado y por ende los invasores deben retirarse del lugar, eso sería lo ideal, pero parece que para los invasores no hay marcha atrás.
Sea cual fuera el motivo, lo que es importante resaltar es que la gente debe entender que una propiedad privada no puede ser violada de esa manera, es como si una persona entrara en el domicilio de estas personas sin autorización o sin permiso, yo estoy seguro que todos ellos votarían al invasor de inmediato, y no de buena manera. La inoperancia de las autoridades en poner orden y hacer respetar los derechos que toda persona tiene sobre sus posesiones hacen que cada día aparezcan más grupos de personas tratando de entrar y negociar con tierras ajenas, no solo en Iquitos, sino en todo el Perú. Otro factor es el déficit de vivienda que existe en nuestra ciudad, no hay planes de urbanización ni proyectos de vivienda, y si hay, es para gente que puede pagar 600 o más soles mensuales, pero que hay de la gente que no dispone de esa cantidad, habría que ver una forma para que la vivienda sea accesible a todos los peruanos por igual.
Marcelo Lo habló conmigo y me dijo que el terreno invadido va a ser utilizado para un proyecto de viviendas entre la empresa constructora que él y sus hermanos tienen y el programa estatal Mi vivienda, haciendo hincapié en que más de cinco veces han sido desalojados los invasores del terreno en presencia del fiscal de turno y con la ayuda de la policía, pero estos vuelven a ingresar luego de que la fuerza policial se retira. Ayer en la tarde estuve en el lugar y pude ver como el teniente Pablo Oyola en compañía de una treintena de agentes de la DUES incautaron más de 50 bombas molotov listas para ser usadas contra ellos. El hallazgo se dio en las casas abandonadas que existen al costado del CNI. Los invasores fueron nuevamente desalojados y todo se dio en un clima de tensión moderada. La esposa de Marcelo me dijo que entre los invasores hay gente de Fuerza Loretana, VALOR, ex presidiarios y hasta policías, mientras que Marcelo está seguro de que todo esto obedece a un plan de las agrupaciones políticas mencionadas para juntar dinero en tiempos de campaña a costas de la gente que diariamente paga 1 sol por un lote de terreno que, secreta e ilegalmente, se negocia como si fuera propiedad de los que están al frente de esta invasión. Lo cierto, y lo que dicta la ley, es que este terreno es privado y por ende los invasores deben retirarse del lugar, eso sería lo ideal, pero parece que para los invasores no hay marcha atrás.
Sea cual fuera el motivo, lo que es importante resaltar es que la gente debe entender que una propiedad privada no puede ser violada de esa manera, es como si una persona entrara en el domicilio de estas personas sin autorización o sin permiso, yo estoy seguro que todos ellos votarían al invasor de inmediato, y no de buena manera. La inoperancia de las autoridades en poner orden y hacer respetar los derechos que toda persona tiene sobre sus posesiones hacen que cada día aparezcan más grupos de personas tratando de entrar y negociar con tierras ajenas, no solo en Iquitos, sino en todo el Perú. Otro factor es el déficit de vivienda que existe en nuestra ciudad, no hay planes de urbanización ni proyectos de vivienda, y si hay, es para gente que puede pagar 600 o más soles mensuales, pero que hay de la gente que no dispone de esa cantidad, habría que ver una forma para que la vivienda sea accesible a todos los peruanos por igual.
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