domingo, 1 de abril de 2012

ALEX MANGA Y LOS DIABLITOS

Honestamente, debo confesar que conocía a Alex Manga por los afiches colocados en algunas calles de Iquitos anunciando su show en el Centro de Convenciones del Pardo. Yo no soy muy devoto de los vallenatos (a excepción de algunos antiguos que me recuerdan mi niñez), pero mi esposa Diana si y estaba decidida a asistir al concierto para escuchar “los caminos de la vida….”. Canción que, según ella, le recuerda a su familia y en especial a sus hermanos.

Así que fuimos al local con dos de sus amigas (Fabiola y Manuela). Llegamos pasada la medianoche y nos instalamos debajo de la zona vip, junto a la cantina (para variar). Debo confesar que el espectáculo del grupo musical Explosión es otra cosa y el escenario también (sonido y luces de última generación). Las bailarinas ni que hablar y la musicalización, de lujo.

Tras esperar una hora, el animador indicada que “en breves minutos, desde Colombia, Alex Manga y los Diablitos…”. Un vasito de cerveza para refrescar la garganta y varias botellas a mi costado (deben ser de los de al lado). Las amigas de mi esposa no toman mucho así que me empuje, prácticamente solo, una caja en toda la noche. El cantante colombiano salió al escenario con una camisa blanca, jeans y zapatos negros de punta, el acordeonista lo acompañaba.

Tras unos contactos, subimos a la zona vip para apreciar mejor el show. Nos instalamos en las barandas y, sin darme cuenta, yo también estaba cantando con mi esposa y sus amigas. No sabía que Alex Manga cantaba canciones que me recordaba mi niñez. Coreaba “tú vas a volar, tú vas volar, te quiero olvidar, yo te voy a olvidar…”. Una de las canciones que me transporta a los 9 años de edad cuando jugaba fulbito con mis amigos en la pista día y noche.

Lo cierto es que la pasamos muy bien y nos quedamos hasta las 4 de la mañana (y eso que nuestra idea de fin de semana era ver una película en la cama con canchita en la mano). No pues. Ese no es un buen plan de fin de semana. Lo único malo fue el sachacolombiano que estaba a mi lado, quien no dejaba de golpearme al bailar, generando malestar en mi persona (y aunque no soy de agarrarme a golpes, el tipo estaba haciendo merito para lograrlo).

Alex Manga ya se fue (y con muchos besos y abrazos encima). No sé si algún día lo volveré a ver o a escuchar cantar. Pero sé que aquel concierto en el local de la Av. Cáceres me reconectó con mis orígenes, con mi antiguo barrio, con mi madre, mi padre, mis hermanas, mis amigos, mis motivos de vivir, lo lindo que es cuando estas enamorado. Me conectó con una parte de mí que creía perdida. Buen trabajo Alex Manga y vuelve pronto por Iquitos.

No hay comentarios: