El último viernes al mediodía el presidente Ollanta Humala sobrevoló la ciudad de Iquitos para constatar los estragos causados por la creciente de los ríos, ya que en esta zona del país se habla de 180 mil afectados. Junto al mandatario nacional arribó el ministro de salud, Alberto Tejada, quien se quedó en la ciudad para coordinar las acciones de apoyo y los temas de salud en los albergues temporales. Previo al arribo del mandatario nacional, un avión Hércules de la FAP aterrizó con 200 baños químicos, colchonetas y medicinas para los damnificados de los distritos de Belén, Punchana e Iquitos.
Según el SENAHMI, el caudal de los ríos ha alcanzado 118 metros sobre el nivel del mar y se informó que durante los meses de abril y mayo continuarán creciendo. Inicialmente se decía que la creciente cesaría los primeros días de mayo, pero, con esta afirmación del servicio de meteorología, las acciones de contingencia deben replantearse. Una de las primeras acciones ha sido reubicar a los damnificados en albergues temporales. No obstante, dada la magnitud del tema, se hace necesario un traslado permanente de los moradores de las zonas inundables a terreno firme (previa habilitación urbana del GOREL y/o gobiernos locales).
Hace unos días, el empresario avícola Jorge Monasí y su ex esposa Rosalvina Cheglio donaron al GOREL 64 hectáreas de terreno en el kilometro 13 de la carretera Iquitos – Nauta. Terreno que, junto a las 14 hectáreas del GOREL, suma 78 hectáreas para más de 18 mil familias. Por su parte, el director de salud, Rodríguez Ferruccci, anunció que se están adoptando las medidas de salubridad oportunas con la designación de personal médico para las zonas afectadas. En algunas zonas, se han reportado apariciones de serpientes, roedores y alimañas, situación que agrava las condiciones de vida de los afectados.
La creciente de este año está por superar la de años anteriores por 84 centímetros. Siendo importante la habilitación de zonas urbanas y el saneamiento de las mismas para albergar a miles de familias de manera permanente. Este fenómeno natural nos demuestra la ausencia de proyectos de vivienda para los más pobres y la falta de interés de los gobiernos locales por solucionar un problema que data de los años 70 y 80, cuando Iquitos estaba en expansión y las invasiones eran un común denominador. Lo ideal sería que los gobiernos sumen presupuestos y aprovechen los terrenos donados para beneficiar a los más necesitados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario