MATAN A OTORONGO POR NEGLIGENCIA

Aunque es noticia de la semana pasada, me olvidé de postear sobre esto en el blog. El sábado 28 de junio en las instalaciones del Parque Turístico de Quistococha, se sacrificó a un otorongo que era trasladado de una jaula a otra. Al parecer el animal había estado agrediendo a su compañero de jaula la noche del viernes. Los trabajadores dieron aviso al administrador del zoológico, Jauriman Collantes Tello, quien después de una reunión con el “equipo técnico”, decidió trasladar al animal agresor a otra jaula.

El sábado por la mañana (uno de los días con mayor visitas) se empezó con la labor. Mientras el animal era trasladado en una jaula (no se sabe en que estado) por los trabajadores, una mala maniobra humana, permitió que el animal salga de la jaula causando zozobra en los visitantes (un padre y sus hijos). “El otorongo no persiguió a nadie, el señor que estaba con sus hijos lo vio de lejos y obviamente huyó asustado hacia la zona de restaurantes; nosotros tuvimos que poner en marcha el plan de contingencia, cercamos la zona y tomamos la decisión de sacrificar al otorongo porque estaba tomando instinto de fiera; no podíamos poner en riesgo a los visitantes” dijo el administrador tratando de excusar el mal accionar originado por una negligencia.

Lo peor de todo es que se hizo el traslado sin tomar las precauciones del caso como restringir durante el tiempo de traslado el acceso a las visitas. Las deficiencias a la hora del traslado también es un error que se debería corregir. La versión de los trabajadores es que fue por una mala maniobra pero no hay prueba de ello. Hace años que voy al parque, y lo más triste es ver que las jaulas de animales como el puma, tigre y otorongo, que deben tener un espacio considerable para desplazarse, son de apenas 5 por 6 metros en el mejor de los casos. Como se debe sentir aquel animal de vivir prácticamente enclaustrado, sin poder correr, saltar o desplazarse a su antojo. Comparto la opinión de que el problema deriva de la carente administración pública, la cual esta a cargo directo del GOREL. Este tipo de lugares debería pasar a manos privadas, ya que sólo así se tendría condiciones óptimas, mejor infraestructura, personal calificado, ambientes adecuados. Ahí con gusto recién podría considerarse un atractivo turístico por la magnitud, prestancia y orden de sus instalaciones.