Emulando – tal vez - al aprista Rómulo León Alegría, el ex presidente regional de Loreto, Robinson Rivadeneyra, se entregó a la justicia por un principio moral (como el “buen” Rómulo). Tras permanecer en la clandestinidad por casi 5 meses, prófugo de una orden de captura e internamiento al penal, Rivadeneyra pensó, maquinó y creyó conveniente que ya era hora de ponerse a derecho. Este caso me hizo recordar cuando Iván Vásquez Valera estaba con orden de captura (por corrupto), y también se escondió por algunos meses de la justicia. Cuando ya todo estaba arreglado. El buen Iván recién apareció. Lo mismo pasa con Robin. Aparece después de mucho tiempo (como Alan García Pérez) “diz que” para ponerse a derecho. Robin rindió su manifestación ante la jueza Elena Vásquez y el fiscal Enrique Pinedo.
Robin no es tonto, llegó temprano (a las 8 de la mañana) a la sede del Palacio de Justicia para – aunque sea – permanecer un par de horas en la carceleta de esta dependencia, así la gente vería que el buen Robin si cumple y respeta las leyes (cuando no los asesores). Todo un ejemplo de ciudadano. Ese mismo día, cerca de las 8 y media de la noche, Robin recibió la noticia de parte de los secretarios del juzgado de que su orden de captura e internamiento quedaba sin efecto. “Oe chochera, anda a tu casa nomás, comete algo y mira el CNI - Torino”. Robin - ni corto ni perezoso - se dirigió a la puerta que da a la calle Mariscal Cáceres en compañía de su hermano. En los exteriores del lugar lo aguardaban periodistas de diferentes medios (si…, esos que lo atacaban constantemente), pero bueno, así son las ordenes…, digo, el trabajo.
Me cuentan que Robinson lucía delgado, con el rostro demacrado y con signos de desnutrición. Parece que al flaco no le sirvió de nada haber ganado tremendo sueldo durante su gestión. Todo este embrollo comenzó cuando Robin fue denunciado por haber entregado tres millones de soles al consorcio encargado de la construcción del Mercado Modelo. Obra que hasta ahora no se ha realizado. La denuncia fue hecha por los abogados del actual Gobierno Regional. Además, Robin esta denunciado por colusión y peculado (típico de las ex autoridades, ¿si o no Charles?). El líder de UNIPOL vestía una camisa amarilla y pantalón marrón (algo fuera de moda). Lo que quería resaltar es que si esta persona no hubiera tenido los abogados que tiene, el dinero que maneja, las influencias que mueve y el interés de por medio que genera su posible candidatura al GOREL (un candidato de peso), a lo mejor Robin estaría esperando en la carceleta para ser trasladado a Guayabamba, y una vez ahí, esperar un par de años más hasta que se le dicte sentencia efectiva.
Esto demuestra – una vez más – que con la plata baila el mono. El ritmo depende de la cantidad. Por eso dicen que la justicia es ciega, porque sólo ve cuando hay plata de por medio.
Robin no es tonto, llegó temprano (a las 8 de la mañana) a la sede del Palacio de Justicia para – aunque sea – permanecer un par de horas en la carceleta de esta dependencia, así la gente vería que el buen Robin si cumple y respeta las leyes (cuando no los asesores). Todo un ejemplo de ciudadano. Ese mismo día, cerca de las 8 y media de la noche, Robin recibió la noticia de parte de los secretarios del juzgado de que su orden de captura e internamiento quedaba sin efecto. “Oe chochera, anda a tu casa nomás, comete algo y mira el CNI - Torino”. Robin - ni corto ni perezoso - se dirigió a la puerta que da a la calle Mariscal Cáceres en compañía de su hermano. En los exteriores del lugar lo aguardaban periodistas de diferentes medios (si…, esos que lo atacaban constantemente), pero bueno, así son las ordenes…, digo, el trabajo.
Me cuentan que Robinson lucía delgado, con el rostro demacrado y con signos de desnutrición. Parece que al flaco no le sirvió de nada haber ganado tremendo sueldo durante su gestión. Todo este embrollo comenzó cuando Robin fue denunciado por haber entregado tres millones de soles al consorcio encargado de la construcción del Mercado Modelo. Obra que hasta ahora no se ha realizado. La denuncia fue hecha por los abogados del actual Gobierno Regional. Además, Robin esta denunciado por colusión y peculado (típico de las ex autoridades, ¿si o no Charles?). El líder de UNIPOL vestía una camisa amarilla y pantalón marrón (algo fuera de moda). Lo que quería resaltar es que si esta persona no hubiera tenido los abogados que tiene, el dinero que maneja, las influencias que mueve y el interés de por medio que genera su posible candidatura al GOREL (un candidato de peso), a lo mejor Robin estaría esperando en la carceleta para ser trasladado a Guayabamba, y una vez ahí, esperar un par de años más hasta que se le dicte sentencia efectiva.
Esto demuestra – una vez más – que con la plata baila el mono. El ritmo depende de la cantidad. Por eso dicen que la justicia es ciega, porque sólo ve cuando hay plata de por medio.
FOTO: Pro & Contra
PD: Todo fue flor de un día.
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