Quiero a Iquitos porque es el lugar donde nací (la tierra del dios del Amor). No me gusta que políticos ineptos nos gobiernen cada cuatro años (incluido su séquito).
Quiero a Iquitos porque nunca conocí ciudad tan libre y esplendida para vivir (además de Lagunas). No me gusta que un grupo de personas hagan ruido con sus motos y carros por la calle (los “abre tubos”).
Quiero a Iquitos por sus variados frutos y las delicias de sus ríos (su palometa, su carachama, su gamitana, su sábalo, su paiche, su acarahuazu y su doncella). No me gusta que la pobreza y el desempleo sigan nutriendo los índices nacionales (gracias a AGP).
Quiero a Iquitos porque la gente es amigable, honesta y trabajadora (y después del trabajo sigue la juerga). No me gusta que algunos se crean de la alta sociedad y menosprecien a sus propios paisanos (no hay “clase A”, ¿o si?).
Quiero a Iquitos por el clima tropical e inestable que provee (de un sol agobiante y sofocante, te cae un diluvio sin fin). No me gusta el “Plan Zanahoria” que atenta contra la libertad del individuo (gracias a la iluminada mente de “Shaluco”).
Quiero a Iquitos porque es el único lugar donde puedes jugar fulbito - en la calles – tranquilo (mejor si es asfaltada). No me gusta que los motocarristas conviertan a las cuadras cinco y seis de la Mariscal Cáceres en su estacionamiento privado (ojala mejore con su mejoramiento y ampliación, obra de “Shaluco”, para variar).
Quiero a Iquitos porque sus bosques y paisajes son los más esplendidos del universo (todos los llevan en fotos). No me gusta que la mayoría de chicas que conozco sean menores de edad (sólo de 18 para arriba, con excepciones claro).
Quiero a Iquitos por su cecina asada, su tacacho de plátano bellaco, su ají de cocona madurita, su aguajina de aguaje shambo, su macambo asado, su masato de yuca señorita y su ponche de huevo de gallina regional (soltera). No me gusta que existan medios escritos mediocres y escasos (¿me olvide decir mediocres?).
Quiero a Iquitos porque tiene su Noa (juerga hasta el amanecer), su Berimbau (para los más “socialities”), su Anubis (para el pueblo), su Adonis (para la tercera opción), su Musmuki (encuentro de bohemios), su Taberna del Cauchero (para los maduritos y los “en proceso”), y los infaltables, Complejo del CNI (para los ilusionados y cumbianderos), y su Centro de Convenciones del Pardo (para los hinchas y juergueros, seguidores acérrimos de Explosión). No me gusta que el serenazgo se pare en la puerta de estos establecimientos para que la diversión termine (eso es una coerción).
Quiero a Iquitos porque en su Plaza de Armas encuentras a Michael Jackson (charapa claro esta, el mismo que salió en un reportaje de canal 5), Barney (con unos kilos de menos gracias al traje), Los Cómicos Ambulantes (que aun no llegan a ser famosos), La Mujer Boa (una púber que adormila en sus hombros a una mantona bebe), Las Estatuas Humanas (¿de qué color quieres?, hay plateado, bronce y blanco), El Ilusionista (de trucos nada mágicos) y hasta pintores que ofrecen su arte con tóxico incluido (full spray y alquitrán). No me gusta que las autoridades no se preocupen por construir algo mejor para sus artistas populares y para promocionar el arte urbano - un anfiteatro, un teatro, una concha - (aunque sea de mar) digna de este pueblo.
Quiero a Iquitos porque crecí escuchando a los solteritos, los wemblers (espero que este bien escrito) y al “monstruo de la canción” Raúl Vásquez (Bienvenidos señores a Iquitos, este el puerto llamado canción...). No me gusta que el tiempo pase y tenga que pasar a recoger a muchos de estos hombres (grandes valores de la región y del Perú).
Quiero a Iquitos porque soy “charapa” (sin caparazón incluido y con cien veces más de rapidez). No me gusta que piensan o hablen mal de mi ciudad (Iquitos es el paraíso natural por excelencia).
Quiero a Iquitos porque nunca conocí ciudad tan libre y esplendida para vivir (además de Lagunas). No me gusta que un grupo de personas hagan ruido con sus motos y carros por la calle (los “abre tubos”).
Quiero a Iquitos por sus variados frutos y las delicias de sus ríos (su palometa, su carachama, su gamitana, su sábalo, su paiche, su acarahuazu y su doncella). No me gusta que la pobreza y el desempleo sigan nutriendo los índices nacionales (gracias a AGP).
Quiero a Iquitos porque la gente es amigable, honesta y trabajadora (y después del trabajo sigue la juerga). No me gusta que algunos se crean de la alta sociedad y menosprecien a sus propios paisanos (no hay “clase A”, ¿o si?).
Quiero a Iquitos por el clima tropical e inestable que provee (de un sol agobiante y sofocante, te cae un diluvio sin fin). No me gusta el “Plan Zanahoria” que atenta contra la libertad del individuo (gracias a la iluminada mente de “Shaluco”).
Quiero a Iquitos porque es el único lugar donde puedes jugar fulbito - en la calles – tranquilo (mejor si es asfaltada). No me gusta que los motocarristas conviertan a las cuadras cinco y seis de la Mariscal Cáceres en su estacionamiento privado (ojala mejore con su mejoramiento y ampliación, obra de “Shaluco”, para variar).
Quiero a Iquitos porque sus bosques y paisajes son los más esplendidos del universo (todos los llevan en fotos). No me gusta que la mayoría de chicas que conozco sean menores de edad (sólo de 18 para arriba, con excepciones claro).
Quiero a Iquitos por su cecina asada, su tacacho de plátano bellaco, su ají de cocona madurita, su aguajina de aguaje shambo, su macambo asado, su masato de yuca señorita y su ponche de huevo de gallina regional (soltera). No me gusta que existan medios escritos mediocres y escasos (¿me olvide decir mediocres?).
Quiero a Iquitos porque tiene su Noa (juerga hasta el amanecer), su Berimbau (para los más “socialities”), su Anubis (para el pueblo), su Adonis (para la tercera opción), su Musmuki (encuentro de bohemios), su Taberna del Cauchero (para los maduritos y los “en proceso”), y los infaltables, Complejo del CNI (para los ilusionados y cumbianderos), y su Centro de Convenciones del Pardo (para los hinchas y juergueros, seguidores acérrimos de Explosión). No me gusta que el serenazgo se pare en la puerta de estos establecimientos para que la diversión termine (eso es una coerción).
Quiero a Iquitos porque en su Plaza de Armas encuentras a Michael Jackson (charapa claro esta, el mismo que salió en un reportaje de canal 5), Barney (con unos kilos de menos gracias al traje), Los Cómicos Ambulantes (que aun no llegan a ser famosos), La Mujer Boa (una púber que adormila en sus hombros a una mantona bebe), Las Estatuas Humanas (¿de qué color quieres?, hay plateado, bronce y blanco), El Ilusionista (de trucos nada mágicos) y hasta pintores que ofrecen su arte con tóxico incluido (full spray y alquitrán). No me gusta que las autoridades no se preocupen por construir algo mejor para sus artistas populares y para promocionar el arte urbano - un anfiteatro, un teatro, una concha - (aunque sea de mar) digna de este pueblo.
Quiero a Iquitos porque crecí escuchando a los solteritos, los wemblers (espero que este bien escrito) y al “monstruo de la canción” Raúl Vásquez (Bienvenidos señores a Iquitos, este el puerto llamado canción...). No me gusta que el tiempo pase y tenga que pasar a recoger a muchos de estos hombres (grandes valores de la región y del Perú).
Quiero a Iquitos porque soy “charapa” (sin caparazón incluido y con cien veces más de rapidez). No me gusta que piensan o hablen mal de mi ciudad (Iquitos es el paraíso natural por excelencia).
3 comentarios:
IKITOS POR NATURALEZA ES NUESTRO!!! TE OLVIDASTE DE LAS MORTAL BURGERS!! .. HABERR...MMMM.,.. K RICOO (AL ESTILO TU PATA DEL COMERCIAL)
ABRAZOS
mortal burguer? jaja
ratabroster waaaa
jaja
saludos
adios
o_O
Que bonito. Sinceramente es muy lindo leer esto cuando uno se vive fuera de nuestra linda tierra como es IQUITOS.
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